Ella no es tuya y
jamás lo será,
a pesar del amor
sincero que le profesas quizás.
Ella en su natural
belleza como la de ser mujer,
es una linda compañera
que ha decidido en la plenitud de su libertad
estar a tu lado,
porque siente profundamente lo mismo o más que tú;
pero no es tuya y
jamás lo será.
Si la amas, sé el
hombre de los ojos que reflejen el ser que siempre ha soñado ella en su camino
hacia la vejez, así como también el buen padre de los hijos que aún no han
nacido, y que ella entre sus mayores anhelos, abriga dichas esperanzas en lo
más profundo de su femenina alma.
No olvides que ella no
te pertenece, ni te pertenecerá;
tan sólo es una bella
creatura que arrastrada por el amor, está a tu lado,
porque sencillamente
en ti ha sembrado sus esperanzas. ¡ÁMALA!.
Rourke Boada
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