Por: José
Narciso Jamioy Muchavisoy*
Los indígenas aseguran haber adquirido su
sabiduría por el creador y que han ido traspasando sus saberes generación tras
generación de forma oral, y cuando se empezó la forma escrita se produjo un
atraso paulatino del saber indígena. Su compromiso es formar hombres
comunitarios con identidad y alimentan su saber indígena diariamente en actos, hechos y circunstancias. En su
relación Hombre con lo divino, la naturaleza, con la familia, la comunidad y la
sociedad en general. Es decir, los saberes indígenas siempre han constituido
una riqueza intelectual.
Según los
nativos se denominan “Hombres de Aquí, con pensamiento y lengua propia”. Del
Valle de Sibundoy, en el departamento del Putumayo, los ancianos sabedores
transmiten sus saberes ubicando los temas u objetos dentro o fuera de esa
identidad espacial, es por ello que las comunidades toman la palabra de los
ancianos como “La Palabra correcta”
Educan a sus
niños conservando sus tradiciones y manejando los instrumentos que usan la
comunidad y en el espacio real para que ellos aprendan los saberes propios de
su cultura.
Hacen sus
propios cultivos llamados “chagras”, cuidando de no interrumpir el proceso
natural de la vida silvestre a su alrededor pero garantizando el cultivo de las
provisiones necesarias para su subsistencia.
Según los
ancianos todos nacen con dotes artísticas, lo que se puede evidenciar en los trabajos de siembra,
de cosecha, en tratos o curaciones a
enfermos, en tallados o tejidos, en la música, en el habla, en el juego,
etc., pero no todos los podemos hacer con los mismos saberes ni con el mismo
arte.
Los médicos
tradicionales llevan una dieta especial y su relación con su entorno es
bastante reservada, para garantizar la subsistencia de un medico en la
comunidad verifican los niños de las familias para comprobar si tienen la
capacidad física y mental para manejar las relaciones con lo divino, lo humano
y la naturaleza.
Las lenguas
vernáculas han trasmitido los saberes de nuestros antepasados a través del
tiempo y el espacio.
En Colombia
actualmente existen aproximadamente sesenta y cuatro lenguas vernáculas vivas,
de los ochenta y un pueblos indígenas que sobreviven en este país. A pesar del
proceso histórico conocido, estas lenguas siguen siendo el vehículo más importante de transmisión de los saberes.
El autor
deduce las siguientes conclusiones: los
sabedores de los pueblos indígenas han fomentado la inteligencia práctica desde
la infancia, mientras en la sociedad nacional las entidades educativas vienen
impulsando la inteligencia abstracta. Los saberes indígenas se transmiten para
reafirmar la identidad de los pueblos, y las teorías de los investigadores, cuando son éticas, se ponen
al servicio de la sociedad para avanzar en los cambios globales o universales.
Sin embargo, creo que tanto los unos como las otras buscan la felicidad humana.
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